domingo, 13 de abril de 2008

CONVERSACIONES


- ¿Es raro no, Gus?- ¿El qué? ¿El cambio de humor? Cambiaste de perspectivas.- No, ya sé, más bien me refiero a que esto se haya resuelto de manera pronta.- Fue apenas una demostración de que te equivocas al tener miedo y paralizarte. No deberías ser tan susceptible.- Es cierto. Creo que me siento un fracaso.- Mira, Golo, no te puedo decir como hacer las cosas, sólo diviértete y olvida el pasado.- No, yo si quisiera, y no creas que no te entiendo, si, lo sé, sé que tienes toda la razón.- Tal vez ayudaría si te defines claramente e intentas trabajar concentrado en eso y ¡te relajas! Tómalo con calma. No fuerces nada. ¿Me entiendes?- Si Gus, para ti parece muy sencillo, tu siempre parece que estás bien, que tienes todo bajo control y que el mundo gira a tu alrededor.- No, nada de eso. Dices eso con dolor, como si me envidiaras. No tengo nada bajo control, pero es por eso que nada me preocupa y por lo mismo que todo se acerca y se pone al alcance.- Me gustaría poder hacerlo, yo tengo mucho miedo de todo. De quedar en ridículo, de perder la cabeza, de sufrir para siempre, de no poder ser feliz.- Me imagino Golito, me imagino.- ¿Cómo lo haces? ¿Cómo tienes esa seguridad, esa paz?- Es algo natural cuando no esperas nada de afuera, lo tienes todo.- Si, puedo entender la teoría pero en la realidad necesito dinero y no lo tengo, necesito ir al médico o al dentista y no puedo, necesito un departamento, un libro, viajar a Uruguay, y nada de eso parece estar a mi alcance ahora.- ¿Qué te puedo decir? Empeña tu cordura, regala tu vida y ofrece tu salud, o, lo que te recomiendo, sé feliz ahora y ve haciendo lo que quieres con lo que tienes y lo demás, ten fe que vendrá.- ¡Ja! Se dice fácil.- ¡Relájate, aliviánate Golito!, como un amigo mío, renuncia a todo y todo se te dará.