martes, 22 de julio de 2008

MR PRESIDENT


Mr. President, puedo aceptarle que me califique de antisocial o apocalíptico, puede decir lo que quiera. Sr. Presidente del mundo, gracias por nada. Su necesidad de fingir que quiere protegernos es absurda desde cualquier ángulo y todo ese equipo de científicos alineados a su majestad, “el justo rey del mundo libre”, no son otra cosa que unos peleles que no pueden ver más allá de sus narices, enamorados de la figura de gloria que pretenden representar, sintiéndose indispensables para el futuro de la humanidad. Pues déjeme decirle algo: ¡No hay nada que su inteligencia pueda hacer para llevarnos hacia la felicidad! ¡Sencillamente nada, no pueden lograrlo! Apenas pueden conseguir unos baratos trucos de magia a los que llaman ciencia, pero absolutamente nada para alimentar lo esencial, al interior de la carne. Absurdo, realmente patético. Esto no parece preocuparle, su actuación, dirigida por expertos, logra esconder lo oscuro que hay detrás de su mirada. Aunque…, procure reflexionar, ¿Cuánto tiempo más su pueblo le consentirá esta broma de mal gusto, este dulce cargado de cafeína con el que los compra y excita?¿Cómo le puedo explicar lo que significa vergüenza? Es un vulgar viejo, ebrio de poder.

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