viernes, 11 de julio de 2008

A VECES

A veces, cuando estoy conciente de que soy fantasma, me llenan el pecho los sabores de las carcajadas de tanta gente viva que rondan por mi calle. Y afloran en una gota extraña que brota de mi, y que sin sentido, como todo lo mío, finge ser una lágrima. Por eso, la mezcla genética de carne y dios que mis padres ofrecieron, hoy salta con miedo de la risa al llanto que provocas, maldito ego. Temor a morir abrazado a mi fracaso, en el cielo del olvido, sabiendo que ante ti nunca bajaré los brazos y jamás volverás a dejarme abandonado en el desierto, perdido en el tumulto voraz, de alguna ciudad que ayer soñé contigo.
Y dedico un instante, justo ahora, que la vida se evapora y sólo quedan señales, egoístas y banales, de mi paso inmerecido por el paraíso.

2 comentarios:

GUSTAVO dijo...

Hablemos sin humanidad...

GONZALO dijo...

muy bueno tu blog, espero que tu estadia por tierras aztecas sea provechosa en todo sentido. y si...entre fantasmas nos vamos a entender bien, siempre y cuando no nos pisemos las sabanas..un saludo y vamo arriba..